Con el aumento de la expectativa de vida, las personas mayores de 60 años deben llevar cada vez más hábitos para cuidar la salud. Y en ese sentido, la alimentación cumple un papel determinante.
Ya pasada la sexta década de vida, seguramente más de una vez aparecieron los típicos “achaques” de la edad: dolores musculares, de huesos, arrugas en la piel y ni qué hablar de enfermedad más complejas.
En ese sentido, una alimentación sana y equilibrada y la actividad física regular resultan fundamentales a la hora de la rutina diaria. Pero de poco sirven si por otro lado se siguen repitiendo algunos hábitos nocivos para la salud.
La referencia no tiene que ver con aquellos tóxicos que sabemos resultan muy dañinos, como beber alcohol o fumar, sino los que son más “invisibles”. Llevar una vida sedentaria, sin dudas, atenta contra una mejora, y es simple de detectar y con predisposición corregir. Sin embargo, hay algunos vinculados a la alimentación y nutrición que muchas personas mayores de 60 pasan por alto. Y conviene revisar para gozar de una mayor calidad de vida.
Poco consumo de proteína: “Consumir más proteína ayuda a mantener la masa y fuerza muscular, la salud ósea, y es una de las mejores formas de ayudar con sus esfuerzos en la pérdida de peso”, asegura Courtney D’Angelo, médico y dietista consultado por la revista Eat This Not That.
Claro está, es útil no solo después de los 60 años sino a cualquier edad. “Aquellos ya mayores tienen más riesgo de perder masa muscular, por lo que no ingerir suficientes proteínas podría acelerar el proceso”, suma D’Angelo, también autos de libros como Fit Healthy Momma’ (Mamá saludable en forma).
Así sugiere incorporar más alimentos como huevos, salmón, carne de ternera o de pollo (siempre a la plancha para que no contenga grasas malas).
No beber suficiente agua: Quizás uno de los puntos más mencionados tiene que ver con la hidratación. “A medida que envejeces, la sensación de sed tiende a disminuir”, asevera Lisa Young, doctora en dietética y nutrición. Y agrega: “Por caso, las personas mayores tienden a deshidratarse más que los jóvenes”.
Es importante entonces destacar que según la Clínica Mayo, es conveniente ingerir entre dos y tres litros de agua diarios, lo que equivaldría a unos ocho o nueve vasos de 25 ó 33 centilitros.
Comer fuera de hora: El hábito de comer a deshora puede ocasionar inconvenientes en la salud, aunque no aparezca en el radar.
Sucede que implicar trastocar ritmos de sueño o de sufrir más períodos de insomnio, lo que evitará que cuerpo y mente se regeneren con facilidad durante el descanso nocturno, resume la publicación.
“Comer a deshoras en exceso se asocia con aumentos repentinos de peso, mayores fluctuaciones de azúcar en sangre y con ello aumentar la probabilidad de sufrir diabetes”, advierte Young.
No obtener más fibra: Especialistas remarcan que es uno de los peores hábitos alimentarios en lo que se refiere a cuidar la salud.
“Asegúrate de incluir fibra en tu dieta para nutrir las bacterias beneficiosas que viven en tu intestino y así mejorar la absorción de nutrientes, reducir la inflamación y gozar de un mejor estado de ánimo”, aconseja Kara Landau, dietista experta en prebióticos en Uplisftfood.
¿Qué conviene comer más seguido, entonces? Legumbres, verduras de hoja verde y pan integral.