Por María Laura Da Silva (*)
El secretario general de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Santiago Fraschina, resaltó el cambio “estructural” que implica el Programa Integral de Reconocimiento de Aporte por Tareas de Cuidado, que permitirá a 155.000 madres acceder a una jubilación, al reconocer por primera vez el trabajo de los cuidados de hijos e hijas que realizan las mujeres y personas gestantes.
En declaraciones a Télam, Fraschina sostuvo además que la perspectiva de género “es distributiva en términos de ingresos y de derechos”.
El programa entró en vigencia el 1° de agosto pasado y se basa en la situación de desigualdad de género y discriminación que afecta a las mujeres en el mundo del trabajo, al reconocer que son quienes enfrentan los mayores índices de desempleo y precarización laboral, y en consecuencia, mayores dificultades para ingresar al sistema previsional, ya que al llegar a los 60 años, en general las mujeres no cuentan con los 30 años de aportes necesarios para iniciar una jubilación.
La nueva política reconoce a las mujeres y personas gestantes un año de aporte por cada hijo o hija, un año por cada hijo o hija con discapacidad, y dos años en casos de adopción o de haber percibido AUH por un período mínimo de 12 meses.
Además, esta medida es compatible y, de ser necesario, puede complementarse con las moratorias vigentes.
Fraschina puntualizó que “solo una de cada diez mujeres que llegan a los 60 años alcanzan los 30 años de aportes”.
“Una de las causas de por qué las mujeres sufren esa discriminación en el mercado de trabajo es que son ellas las que dedican mayor tiempo a las tareas del hogar y de cuidado en particular”, señaló el economista.
Ese diagnóstico, añadió, “se va agravando cuantos más hijos tienen las familias, ya que menores son los años de aportes que hacen las mujeres y es mayor la diferencia en este aspecto con los varones”.
“Tenemos que saldar este problema, saldar esta injusticia y por eso es que lanzamos este programa de reconocimiento de años de servicio por tareas de cuidado”, sostuvo Fraschina.
Según la última Encuesta Nacional de Uso del Tiempo y Trabajo No Remunerado (ENUT, 2013) a nivel nacional 9 de cada 10 mujeres participan en tareas de cuidado (mientras que sólo 6 de cada 10 varones participan) y le dedican el doble de horas que los varones.
A partir de estos datos la Dirección de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía sostuvo en un informe que el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado es el sector de mayor aporte a la economía, estimado en un 15,9% del PIB, lo que representaría en términos monetarios alrededor de $ 4 billones.
“Esta política ya es estructural”, resaltó Fraschina, porque gracias a ella “todos los años vamos a tener madres argentinas que se van a terminar jubilando; es un derecho que ya quedó”.
El funcionario destacó que el programa “eleva el piso de discusión y colabora con un granito de arena en la discusión de que las tareas del hogar y de cuidados son trabajo no remunerado”.
En base a los resultados del informe “Ampliación Previsional” elaborado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), si todas las madres se incorporaran de forma inmediata al programa, la inversión mensual total ascendería a $3.400 millones.
La medida, explicó Fraschina, “también tiene racionalidad económica, ya que va dirigida a un sector que tiene propensión a consumir cercano a uno, con lo cual, todo lo que reciban se va a destinar al consumo”.
“Si hay consumo hay ventas, si hay ventas hay producción, si hay producción hay inversión, si hay inversión hay generación de puestos de trabajo”, indicó.
Recordó luego que las moratorias de 2005 y 2014 tuvieron como efecto que el 74% de quienes accedieron a una jubilación fueron mujeres, lo cual evidenció la situación de desigualdad de este sector de la población en el acceso a derechos que implica acceder a un trabajo formal.
El acceso a una jubilación para las mujeres permite además contar con ingresos estables e independientes de su situación conyugal, con lo cual, dota a las destinatarias de una mayor autonomía económica.
Fraschina remarcó que en la Argentina “tenemos aproximadamente 3,2 millones de mujeres jubiladas, de las cuales 2,5 millones accedieron gracias a esas dos moratorias, mal llamada ‘de amas de casa’, porque seguramente tuvieron un trabajo no registrado, por lo tanto, trabajaron pero no pudieron cumplir con esos años de aportes”.
“Esas dos moratorias nos permitieron tener una de las inclusiones previsionales más altas de la región y del mundo, de casi 93%”, concluyó el funcionario de la Anses.
(*) Agencia de noticias Telam